La fe mueve montañas
Todavía le queda mucho por delante, pero la victoria ante el Racing ha sido la primera piedra para cimentar la reacción de un equipo armado de fe y esperanza. Cuando todo lo anterior había fallado, solo la lucha interna de unos jugadores que han demostrado que no arrojan la toalla trajo lo prioritario para tener vida.
Ganar, ya sea por lo civil o por lo criminal. Jugando bien, mal o regular, en la situación en la que se estaba el Recre primero había que ganar como sea, y luego pensar en crecer desde los resultados positivos, tras encontrar ante el Racing el tan ansiado punto de inflexión.
Y no era fácil. Con la dinámica que arrastraba el equipo, la pérdida progresiva de confianza y toda la situación que les rodeaba -lo último todo lo ocurrido esta semana-, han sabido aislarse de todo para sacar fuerzas de flaqueza. A pesar de sus consabidas carencias, el Decano por fin se impuso en un duelo ante un rival directo. Decisivo en la pelea final por evitar el descenso, algo que como ya se sabía, tiene la carga dramática de la liquidación.
Con ese fantasma amenazador siguiendo sus pasos, el equipo encontró la paz y el sosiego necesario para preparar el partido de la mejor manera. Pavón trabajó en distintas alternativas, además de reforzar a sus jugadores desde el punto de vista mental. Todos eran sabedores de lo que se jugaban y no fallaron.
La puesta de escena no fue ni mejor ni peor. Es lo que hay, al equipo le cuesta un mundo crear y eso que por pólvora no faltó. El técnico recreativista alineó a casi todo su arsenal, pero sigue faltando esa fluidez necesaria para tener continuidad en el juego. Fue un partido equilibrado y parecía claro que el primero que marcara se llevaría el gato al agua.
Lo que no esperaba la afición (en mayor número y metidos en el partido desde el primer minuto) es que iban a sufrir tanto. El gol parecía que no quería llegar, pero a falta de cinco minutos para el final se obró el milagro. Aleluya, suenan campanas. El gol de Caye Quintana dio tres puntos a un equipo que por encima de su futbol puso todo lo que tenía a base de trabajo, fe en sus posibilidades y convicción. Y con ello este domingo ha valido. El próximo fin de semana toca una nueva revalida y nada de esto valdrá si no se da de nuevo la cara. Hay que ganar muchos partidos, una empresa harta complicada, pero los milagros existen y este Recre quiere ser uno de ellos.