Andalucía por sí
A estas alturas, los resultados de las elecciones andaluzas son inciertos. Conocemos el comportamiento general del electorado andaluz que siempre, desde que tenemos Estatuto, ha dado la victoria al PSOE. Un cambio de tendencia positivo hacia Podemos, podría dejar las cosas de tal manera que el PP consiguiese la mayoría suficiente como para proclamarse ganador de las elecciones como ha sucedido en Israel con el Likud.
Esto es harto improbable, así que, dando casi por hecho que la lista socialista será la más votada, el ofrecimiento de Rajoy a dejarlos gobernar en minoría, es muy interesante.
El presidente del gobierno español teme mucho las políticas que Podemos podría traer a Andalucía o a otra parte del Estado. Además, un gobierno osado en el Sur podría animar mucho a la ciudadanía a votar al grupo de Pablo Iglesias en las generales y ese escenario produce escalofríos a Mariano Rajoy. Por otro lado, es importante pensar en cuántas personas podrían quedarse en casa ese día y optar por la abstención, una de las decisiones que cuenta con mis mayores simpatías dado que tengo la impresión de que aunque pueda parecer lo contrario, con las alternativas presentes en Andalucía, las políticas a seguir van a ser más de lo mismo por muy nervioso que puedan estar Rajoy o Susana Díaz. Además, como ya saben, el hecho de que no existan listas abiertas y de que ni Ciudadanos ni Podemos hayan peleado por esa necesidad, pone a los emergentes en el mismo lugar que al resto de partidos, por mucho que proclamen que quieren cambiar el sistema, en el caso de uno y revolucionarlo, en el caso de los segundos. Ninguno es sincero y, por lo tanto, ¿qué mejor idea que quedarse en casa el domingo 22 y no votar, demostrando a los poderosos que en Andalucía no nos creemos nada de los que están ni de los que parecen venir?
Andalucía merece algo distinto, fuerzas centradas en el país de las ocho provincias y no en lo que se piensa en las centrales políticas de Madrid o Barcelona (C's). Un poder real andaluz, de hombres y mujeres honestos y muy comprometidos con el progreso institucional, económico, político, cultural y social de Andalucía, es lo que se necesita. Ese debe ser el trabajo a desarrollar en el país durante los cuatro años que restan para las próximas elecciones, un tiempo para el pensamiento y el compromiso, para la batalla de las ideas y para devolver a los andaluces la conciencia de tierra marginada y despechada en todas sus posibilidades. La resurrección de la idea y del proyecto o los proyectos nos corresponde a todos, a unos desde pensamientos más avanzados y a otros, quizás, desde ideas más moderadas. Pienso que ha llegado el momento de que algunos den un pasito atrás y permitan el nacimiento de una nueva formación (o más de una), de fuerte carácter reivindicativo y con un pensamiento centrado en la idea de que Andalucía debe salir de su letargo para convertirse en el país que nunca le han dejado ser.
@olbianis