Ojalá que todo no fuera más que un mal sueño
Habrá quien siga creyendo que el Recre no goza de tan mala salud y que en los últimos años tampoco se han hecho las cosas tan mal. Habrá quien piense que de rozar la Primera División si no es por el tiro al poste de Morcillo en el descuento en Sabadell a bajar a Segunda B la diferencia sólo fue la mala suerte, ya que los responsables del club eran los mismos que 13 meses antes. Pero aquí no se trata de ser más pelota, o más valiente, o más recreativista, o menos. Se trata de contar la realidad y de aplaudir cuando las cosas se hacen bien, pero también lanzarse a la yugular cuando se hacen tremendamente mal.
En el Decano nadie hace autocrítica. Si se convoca una rueda de prensa con la intención de hacerla, se acaba insultando a todo hijo de vecino como si aquí se tratase de ver quien la tiene más larga. Y los jugadores, técnicos, aficionados y empleados del club más antiguo y señero de este país no se merecen pasar por esto. No se merecen las mentiras que llevan soportando tanto tiempo, ni los impagos, ni los ridículos por los que atravesó el filial, ni ser la chirigota y el hazmerreír un día sí y otro también en los medios de comunicación nacionales. Y eso no sólo ha pasado porque el remate de Morcillo dio en el poste y no se coló dentro. Subir a Primera División con esta directiva sólo hubiese servido para que unos pocos engordaran su ego, para que algunos chupópteros de la prensa y de la ‘jet set’ de Huelva hubiesen presumido de tener más gañotes en forma de entradas, viajes y comilonas. Esta gente no ha venido aquí porque sean recreativistas. Son negociantes, mercaderes de ilusiones, y así nos va.
La última, que se veía venir, ha llegado con las declaraciones de Javier Tebas, el presidente de la Liga de Fútbol Profesional, dejando claro que los rectores del Recre ya sabían desde hace muchos meses que el club iba a bajar en los despachos a Segunda B. Y sin embargo la milonga que está vendiendo Pablo Comas es la de que el día 31 de junio el club todavía podía quedarse en la categoría de plata en los despachos. Toma ya. Y se queda tan pancho, claro. Y aquí nos chupamos el dedo, claro. Y el que alce la voz dentro del club se va de patitas a la calle porque el cortijo es suyo. Y el que alce la voz fuera del club le pone una querella o se caga en su grandísima nación. Y algunos hasta le ríen la gracia todavía y le hacen entrevistas masajes. Si todo lo que ha contado Tebas es cierto, que yo creo que sí, me parece gravísimo que el Decano, por medio de su portavoz o de alguien de peso, no haya salido ya públicamente a desmentirlo y a hacer un llamamiento a la calma. El que calla, otorga. Las redes sociales son un hervidero de indignación. No es para menos. Hay hasta un grave riesgo de bajar a Tercera División.
Es ventajista rajar de la directiva dentro de meses, cuando ya no estén. Ahora es cuando hay que decir la verdad. Cuando hay que contar lo que pasa. Lo del fondo de inversión, otra pantomima. Ni se sabe la deuda real, ni se sabe en qué categoría va a estar el Recre la próxima temporada, ni se sabe quién manda (bueno sí, Pablo Comas), ni se sabe si alguien va a cobrar lo que se le debe… Todo es oscurantismo, todo es falsedad, todo es caras largas y la campaña de socios no va, porque es que no puede ir. Al menos la llegada de Manolo Toledano ha provocado de momento algo de paz social y que los primeros fichajes no se hayan filtrado al medio de comunicación de siempre. Lo de que en la dirección deportiva estén también José Luis Peña, José Domínguez y Álvaro Roncal ya no se entiende tanto. Nadie sabe qué pinta Fernando Iturbe en todo este club de amigos, ni se sabe si Vicente Fuensalida (uno de los más válidos) es un cero a la izquierda o le dan cancha, ni se sabe si hay médico o Benjamín Naranjo echa el rato gratis, ni se sabe si va a venir algún preparador de porteros, ni si el filial va a ser competitivo, ni si en la delantera va a ser la referencia ese cazagoles llamado Braulio Nóbrega… Todo es muy jodido. No es posible vender ilusión con secretismo. Nada ha cambiado. SOS Recre. Que Dios nos coja confesados y que todo esto no sea más que un mal sueño.