Se busca pardillo

Reconozco que no había tratado apenas a Benjamín Naranjo antes de su llegada a la presidencia del Recreativo de Huelva hace tres meses. Su imagen pública era excelente y su carisma y ganas de trabajar eran cualidades que resaltaba cualquier onubense de manera pública y privada. Con el paso del tiempo he de decir que me ha defraudado bastante. Fue valiente a la hora de arriesgar y aceptar el cargo. Tenía mucho que perder y casi nada que ganar porque no era el mejor momento para dar un paso así. Y eso es lo que le ha ocurrido, que ha perdido mucho. Muchísimo. Ahora ha quedado retratado como una mera marioneta en manos de Pablo Comas. De hombres serviles nunca se ha escrito nada. Pasará a la historia como alguien que no ayudó a la supervivencia del Decano, sino todo lo contrario, ya que ha sido cómplice de las mentiras de Pablo Comas. 

En principio ha anunciado que dejará de ser presidente a finales de mes. Aún está por ver que eso ocurra, ya que no es la primera vez que Benjamín Naranjo se queda con el personal. Por ejemplo, todavía están esperando los seis empleados despedidos que cumpla con su palabra. Las mentiras tienen las patitas muy cortas y este señor dijo que dimitiría en la Junta de Accionistas de finales de septiembre si los trabajadores no estaban al día en el cobro de sus nóminas, algo que incumplió. Sinceramente no sé que le mueve a estar ahí aferrado a la poltrona. Si se marcha y 'raja' de Comas no le pasará nada. De hecho, sería lo más sensato y realista. La afición lo entendería y apoyaría. O sea, él ha intentado ayudar al Recre, pero una vez que ha visto que con el madrileño es imposible que esto tenga solución ya hace tiempo que debería haber alzado la voz pegando un portazo. Pero ahí sigue, engordando de manera lamentable a diario su currículum personal de despropósitos. Cada vez que habla sube el pan, vamos.

Posibles sustitutos hay pocos la verdad. Serios, ninguno. Apunten los nombres de José Luis Martín, Antonio Martín o José Luis Peña, quizas los tres que más están peloteando y riéndole las gracias continuamente al 'jefe', al margen de Benjamín. Comas sólo se dará su baño de masas en las altas instancias federativas y en los medios de comunicación madrileños. La mierda que se la coman los pardillos que se quedan aquí. Entre esos tres andará el juego del relevo presidencial, y mientras tanto el Decano lógicamente seguirá desintegrándose. Todo es más de lo mismo. Sigue sin haber músculo financiero, ni grupos inversores (frikis o normales) detrás de Gildoy. Sigue sin saberse la deuda real del club, con lo cual parece absurdo que por ejemplo el Ayuntamiento de Huelva haya colocado a dos consejeros de su cuerda dentro del Decano, ya que llevan dos meses y aquí no hay ningún informe de viabilidad ni ningún número claro. Sigue también sin saberse cuánto cuesta el Recre. A lo mejor hasta yo tengo dinero para comprarlo, pero como no se sabe ni si está en venta, ni cuánto cuesta, pues no hay manera de que se adivine una posible solución futuro. Sigue sin saberse cuánto dinero han dejado los traspasos de las últimas cinco temporadas. Todo se enmascara, todo se falsea y hasta el propio alcalde, Gabriel Cruz, se encarga de desmitificar la cortina de humo del Bien de Interés Cultural diciendo que no es algo que garantice que el Decano no pueda desaparecer si sigue en las horrendas manos en las que actualmente se encuentra.

En lo deportivo tampoco hay demasiada cordura, al margen de que la mala suerte de las lesiones ha sacado a la palestra las deficiencias de una plantilla corta en efectivos y con puestos que no estaban doblados cuando se cerró el mercado. Firmen ya la permanencia. No hay más cera que la que arde. Sin cobrar no hay quien rinda ni se motiva. La entrevista de Manolo Toledano en huelva24.com dejó algunas perlas, siendo posiblemente la más significativa la que indicaba que Fernando Iturbe seguía trabajando dentro del Recre pero que no se sabe en qué parcela. El no va más. Seis despidos de gente válida y un compadre del dueño chupando de la teta. Luego pedirán colaboración. Luego pedirán que todos ayudemos al Decano porque es una seña de Huelva que no puede desaparecer. Vayanse ya hombre. Vinieran (o no) en su día con buenas intenciones y no sólo con las de hacer negocio, el caso es que su tiempo ya ha pasado. Ya han demostrado que no sirven para esto. No sigan viviendo a costa de este sentimiento. Vendan. Pero vendan con lógica, no forrándose y riéndose todavía más de los onubenses. Y a partir de ahí no estará todo resuelto y quedará mucho por hacer. Pero si en 126 años este club ha salido de cualquier situación, creánme que también sobrevivirá sin Pablo Comas. De hecho alzará el vuelo seguro sin él.