Un engaño mayúsculo
Que días más intensos venimos viviendo en la actualidad recreativista. No es para menos, en pocos días se decidirá la viabilidad del club de cara al próximo mes de junio. Mientras que el plano más puramente deportivo se está pendiente de que se confirme que no se solucionará el bloqueo de los derechos federativos, lo cual dejaría a la plantilla con lo justo para poder conseguir la permanencia, a nivel institucional el club ha superado ya sobradamente la línea de no retorno.
La sensación de pena cuando uno presencia un entrenamiento es absoluta, las carencias están a todos los niveles, la zona noble ya no existe, y los jugadores y técnicos están casi abandonados a su suerte. Si no fuera por la afición, que en esta semana ha demostrado su sensibilidad apoyando a un grupo que ha sabido aislarse de todos y todos. Pero esa mentalidad no durará siempre cuando vengan nuevos reveses.
La temporada es larga y la amenaza llega de situaciones tan comunes como el pago a los árbitros, o la planificación de los desplazamientos. Cosas tan básicas que deberían ser una incertidumbre a día de hoy. ¿Con este vacío de poder y con estas negociaciones eternas, alguien puede asegurar como podrá el club vencer las barreras del día a día? La inanición que ya llama a la puerta y la ha tumbado de un puntapié.
Y mientras el dueño o dueños de todo esto, lejos de solventar estos problemas y de normalizar la realidad del club, se parapetan desde su ‘exilio’ de Madrid en unas negociaciones leoninas. Poco transciende a nivel oficial y lo poco que llega es gracias a la prensa, incluido los futbolistas y técnicos del Decano, desinformados de todo. Fueron los ya ex consejeros Antonio Martín, Jesús Martín y José Luis Martín los que en un comunicado informaron de que existía un acuerdo total entre unos empresarios y Gildoy, pero que faltaba algún tipo de ‘bendición’. Otra vez llegan los juegos de mano, las informaciones interesadas y las dudas. Si Gildoy es la dueña del paquete mayoritario de acciones, ¿qué necesita para aceptar el acuerdo?
A pesar de las idas y venidas, todo parece que pasa por la ya famosa reclamación extrajudicial del club para que se pueda usar como aval. El principal pilar por el que Gildoy podría garantizarse, si así lo decidiera, el recuperar lo que dicen que han puesto en el club. ¿Pero esa reclamación no sería utilizada en favor del Recreativo y su viabilidad? Parece que no, que aquí lo que importa es exprimir lo que se pueda y ahí os quedáis. Los salvadores, como así se definieron en su llegada, se quieren marchar como verdugos y con las maletas llenas. Ojalá que haya futuro en el Recreativo y pase por las manos de gente comprometida por el club. Pero aceptar este engaño en forma de chantaje, no por favor.