Un amor que no tiene precio
14 de febrero. Día de San Valentín, día de los enamorados. 12.00 horas, unos cinco mil valientes se dieron cita en una mañana de viento en un Nuevo Colombino que ha envejecido a pasos agigantados. Ahí estaban, de nuevo al pie del cañón, en defensa de su equipo.
En el verde, once jugadores orgullosos tras una nueva lección de cariño de su gente. Satisfacción y reconocimiento. Se había ganado el partido de las gradas, se había traído suficiente gente como para asegurarse el pago de lo más inmediato y perentorio. Distinto fue lo ocurrió dentro del terreno de juego, pero el amor y el cariño por tu club no gana partidos.
Al menos se recuperaron para la causa gestos y detalles. Volvió el escudo clásico, el himno de siempre y lo poco que sigue en pie se sustenta llega gracias a la unión existente entre jugadores, empleados y aficionados. Los jugadores dan lo que tienen, ni más ni menos. Los empleados siguen al pie del cañón, a pesar de que o cobran y viven auténticos dramas en sus domicilios. Y la afición, desde su humilde parcela, apoya y da todo el cariño cuando se le convoca.
Lo jodido es ver como nadie da un paso para que esto se arregle. Difícil es que llegue alguna solución cuando la lógica te invita a pensar que no hay solución. Ni Comas da su brazo a torcer, ni en el Ayuntamiento realizan movimientos que te lleven a la vía del optimismo. ¿Los inversores van a dar el paso adelante? ¿Son conscientes de lo que tienen que poner encima de la pesa a corto plazo, en cuanto a deudas para competir la próxima campaña y de en cuanto está cifrada la deuda total del club?
Muchas incógnitas y otra semana más sin resolverse. Dudo mucho que los héroes en los que se han convertido los empleados puedan llegar a más tiempo viviendo del aire. Por mucho que quieran a un escudo, hay cosas que están por encima. O se da un paso adelante en cuanto a claridad o transparencia, o ahora si se traspasará la línea de no retorno.
Por favor, me dirijo a las personas que tienen en sus manos la posibilidad de cambiar esto. Reaccionen ya, no dejen pasar el tiempo. Dicen que hay amores que no tienen precio, muchos pueden decir que el Recreativo es algo más que un club. Pero qué triste es estar luchando en un club abandonado de la mano de Dios, viendo peligrar tu piso o que le falte a tu hijo.. Es muy duro. Y nada justifica llegar a este extremo, ni siquiera un amor imposible.